jueves, 28 de junio de 2012

ACTIVIDAD 2


Escuela de Enfermería Virginia Henderson

Examen del primer módulo de Anatomía



Nombre del alumno(a)                                                      fecha



Conteste las siguientes preguntas



1.-Mencione cuál es el concepto de célula



2.- Describa que estudia la miología



3.-Mencione los cuatro tejidos humanos



4.-Es un derivado del tejido conectivo, formado por una fase     intercelular líquida llamada plasma y una fase sólida de elementos celulares (glóbulos rojos y glóbulos blancos)

HISTOLOGÍA

 
Histología

Concepto. Histología (del gr. histos, tejido, y logos, tratado) es la rama de la Biología que se ocupa del estudio de la estructura microscópica de los seres vivos -integrada por ciertos tejidos básicos-, así como de aquellos aspectos funcionales que se derivan de una consideración morfológica de las estructuras.


En la organización estructural del hombre, como en la de los demás animales superiores, existen diferentes niveles. La célula (v.) es el elemento estructural básico, siendo la parte más pequeña de los organismos que puede aislarse y que manifiesta propiedades de la materia viva; de su estudio se ocupa la Citología. El siguiente nivel de organización es el tejido, asociación de células y de sustancias intercelulares por ellas elaboradas, en la que predomina un determinado tipo celular o de célalas y sustancia intercelular, que se asocian con una función común. En un nivel superior encontramos el órgano, asociación de tejidos de diferente estructura y en diferente proporción, con una función especial. Con frecuencia, un grupo de órganos o parte de órganos funciona como un todo en la realización de determinado trabajo; se habla entonces de sistema o aparato: p. ej., el sistema endocrino, integrado por todas las glándulas de secreción interna, o el sistema liemopoyético, donde se forman las células de la sangre, función que se realiza en órganos diferentes y que, además, ejercen otras funciones.
El término tejido procede del francés (tissu). Fue utilizado por el anatómico Bichat (v.) para designar la trama o textura que se observaba al disecar el cuerpo, la cual variaba de unas capas a otras. Posteriormente, Mayer creó la palabra H. para designar la ciencia que tiene por objeto el estudio de los tejidos. En realidad, el término H. se usa con un sentido más amplio. Por una parte, se ocupa también del estudio microscópico de los órganos, parte a la que suele denominarse Organografía o Anatomía microscópica. Por otra parte, también se ocupa, en cierto modo, de la Citología, ya que la célula es la estructura básica de los tejidos. No obstante, en los últimos tiempos ha sido tan enorme el desarrollo de la Citología con la utilización de nuevas técnicas, procedentes muchas de ellas de otras ramas de la Biología, que a la Citología se la va considerando cada vez más como una ciencia independiente en la que confluyen varias ramas: Bioquímica, Genética, H., Patología, etc. Aunque la H. es una ciencia morfológica, no deja de prestar atención a los aspectos funcionales que pueden ser analizados al valorar la disposición arquitectural de los componentes del organismo y las modificaciones que las estructuras manifiestan en las distintas fases de su actividad. A la parte de la H. que se ocupa de este aspecto se la conoce con el nombre de Histofisiología. En estrecha relación con ella se halla la Histogénesis, que investiga el origen y desarrollo de los tejidos a partir del embrión.
Tejidos. De la combinación de células y sustancias interceltila res resultan los tejidos, cuya principal peculiaridad viene dada por el carácter de las células, su disposición espacial y la naturaleza de la sustancia intercelular. A partir de una sola célula -el cigoto- se desarrolla el complicado organismo de los metazoos, a base de divisiones sucesivas. En las primeras fases del desarrollo, todas las células tienen la misma morfología; luego, comienzan a diferenciarse sintetizando proteínas especiales y adquiriendo una forma determinada de acuerdo con la función específica que van a realizar. De este modo se produce una especialización en el trabajo: así, las células musculares sintetizan filamentos de actina y iniosina y se alargan notablemente, con lo que quedan capacitados para la contracción. Los eritroblastos sintetizan hemoglobina, pierden el núcleo y se transforman en eritrocitos, células pequeñas y discoides, que presentan una amplia superficie por unidad de volumen, hecho que le confiere gran eficacia para realizar la función de intecambio de gases.
Es tradicional la distinción de cuatro tejidos básicos: epitelial, conjuntivo y de sostén, muscular y nervioso, que sirven a cada una de las cuatro funciones básicas del organismo. Cada uno de éstos tejidos se subdivide a su vez en variedades, según los componentes celulares y fibrilares que lo integran y, por tanto, su peculiar fisiología.


1. Tejido epitelial. (epi, sobre y thele, papila).

Forma láminas celulares que cubren la Superficie externa del cuerpo y tapizan las cavidades internas que tienen conexión con el exterior (aparato digestivo, respiratorio, genital y urinario). Constituye, igualmente, las células glandulares -parénquima- de muchos órganos. Por ello, el tejido epitelial se subdivide en dos grandes grupos: epitelio de revestimiento o de superficie y epitelio glandular.
Epitelio ele revestimiento. Integrado por células estrechamente unidas, constituye la frontera del organismo con el medio ambiente. Las células que integran estas membranas presentan una diferenciación distinta según la función que desempeñan: de protección, de intercambio de sustancias y de percepción de estímulos. La lámina epitelial que cubre el cuerpo -epidermis- protege a los demás tejidos de la abrasión, de la desecación y de la invasión por gérmenes u otras sustancias. Se dispone en varias capas, que se generan en la parte más profunda -estrato germinativo- y se van desplazando hacia la superficie. Las células de las capas superiores sintetizan una proteína -queratina-, que las vuelve impermeables y muy resistentes a la fricción. Las más superficiales son ya células muertas, que se desprenden en forma de escamas.
El epitelio que reviste las cavidades internas se halla más protegido y mantiene su superficie libre húmeda, lo que facilita el intercambio con el medio. Junto con el conjuntivo próximo -lámina propia- constituyen la mucosa de los órganos huecos. En el pulmón, el epitelio que tapiza las pequeñas cavidades aéreas -alvéoloses aplanado y en una sola capa, lo que facilita el intercambio de gases entre el aire alveolar y la sangre que circula por los capilares. En el intestino, en cambio, es alto, prismático, con una superficie libre cuajada de prolongaciones digitiformes, denominadas microvellosidades, que aumentan notablemente la superficie de contacto, facilitando la función de absorción de sustancias, propia del intestino. Esparcidas entre las células absorbentes existen otras aisladas, que se especializan en la síntesis y secreción de moco, que lubrifica y protege toda la lámina epitelial. El epitelio que tapiza la tráquea y los bronquios es también alto y posee cilios, formaciones celulares a modo de pestañas, que con su movimiento ordenado arrastran hacia el exterior las partículas de polvo que puedan penetrar en estos conductos, así como el moco que segregan células aisladas y glándulas de la pared.
Epitelio glandular. Es el que produce los jugos, que contienen sustancias proteicas activas (hormonas, enzimas) y el moco lubrificante. Los jugos pueden ser segregados por algunas células de revestimiento. No obstante, en los lugares en que se necesita mayor cantidad de jugo, durante el desarrollo se producen invaginaciones de la lámina epitelial en el tejido conjuntivo vecino, formando tubos que se pueden ramificar ampliamente. Los tubos o partes terminales de las ramificaciones adoptan el carácter de células secretoras. Las estructuras así constituidas reciben el nombre de glándulas (v.), las cuales se pueden alojar en la propia pared del órgano o alejarse de ella, constituyendo otro órgano. Las glándulas pueden ser exocrinas (de secreción externa) o endocrinas (de secreción interna). En las primeras se mantiene siempre la conexión con la lámina epitelial de la que se originó por medio del conducto excretor. Por este conducto, los jugos segregados se vierten en el interior de un órgano hueco -p. ej., en el intestino se vierten el jugo pancreático y la bilis- o al exterior del cuerpo -glándulas sudoríparas, mama-. Las glándulas endocrinas pierden la conexión con la lámina epitelial y vierten los productos de su secreción -hormonas (v.)- en los vasos sanguíneos que las irrigan.
En algunos órganos de los sentidos, ciertas células epiteliales se diferencian en células sensoriales (células neuroepiteliales del gusto y del oído).
Los vasos sanguíneos y linfáticos están revestidos por una membrana de células aplanadas, dispuestas en una sola capa, que recibe el nombre de endotelio. Igualmente, las cavidades corporales cerradas -peritoneo, pleura, pericardio, articulaciones y meninges- se hallan tapizadas por una capa de células de características similares denominada mesotelio. El endotelio y el mesotelio, aunque morfológicamente parecen un epitelio, se consideran como pertenecientes al tejido conjuntivo.


2. Tejido conjuntivo y de sostén.

Es el tejido que sirve para unir los demás entre sí, constituyendo los órganos, y forma el esqueleto. Mientras que los otros tres tejidos (epitelial, muscular y nervioso) son esencialmente celulares, el tejido conjuntivo se caracteriza por presentar abundante sustancia intercelular en la que suele haber fibras. Las células que lo integran son también muy variadas por su morfología y función.
La célula más común y específica es el Fibroblasto, responsable de la formación de las fibras que aparecen en la sustancia intercelular; es una célula alargada y aplanada, con frecuentes y largas expansiones en forma de cintas o lamelas, más o menos anchas, que le dan cierto aspecto estrellado. El histiocito constituye el segundo tipo celular; su forma es irregular, variando mucho de unas células a otras. Los histiocitos se sitúan esparcidos entre los fibroblastos, incluidos en la sustancia fundamental. Muestran gran capacidad para la fagocitosis, por lo que se les conoce también con el nombre de macró/agos. En procesos inflamatorios pueden volverse redondos y activamente móviles. Las células adiposas se caracterizan por almacenar grasas que generalmente se disponen en una gran vacuola alojada en el citoplasma, siendo, por tanto, células redondas con una fina capa de citoplasma dispuesta en torno a la vacuola de grasa. Pueden encontrarse aisladas, en número reducido, o en gran número, constituyendo el tejido adiposo.
Además de las células descritas, también se pueden encontrar en el tejido conjuntivo células mesenquimatosas indiferenciadas, células plasmáticas, células cebadas, células pigmentarias y leucocitos emigrantes, sobre todo linfocitos. Las células mesenquimatosas son difíciles de identificar por la falta de diferenciación, pero su existencia es generalmente admitida y se consideran como las células de las que se originan las demás. Las células plasmáticas son redondas, con núcleo de cromatina densa, situado algo excéntricamente, y citoplasma que toma fuertemente los colorantes básicos por contener abundante ácido ribonucleico en relación con el abundante retículo endoplasmático rugoso que contienen. Son responsables de la síntesis de los anticuerpos circulantes. Las células cebadas se observan en un número muy variable, si bien en el hombre son escasas. En su citoplasma contienen granulaciones que están en relación con una sustancia anticoagulante, la heparina. Las células pigmentarias son de origen neuroectodérmico; durante el desarrollo embrionario emigran hacia la piel, situándose la zona de transición dermoepidérmica, entre las células epiteliales del estrato basal (meloncitos epidérmicos) y en el tejido conjuntivo denso de la piel (melanocitos dérmicos); contienen gránulos de melanina.
La sustancia intercelular está constituida por fibras y sustancia fundamental amorfa. Las fibras pueden ser de colágena, reticulares y elásticas. Las fibras de colágena se disponen en haces de color blanquecino; son muy resistentes a la distensión, siendo especialmente abundantes en tendones, ligamentos y cicatrices. Al microscopio electrónico muestran una elevada diferenciación estructural, presentando estriaciones transversales con un periodo de 640 A. Las fibras reticulares son finas y se disponen en haces, que a su vez forman delicadas redes; se impregnan selectivamente por las sales de plata. Las fibras elásticas, de color amarillo, son homogéneas y se ramifican y anastomosan entre sí, constituyendo una red; dan al tejido la elasticidad, cualidad importante en las paredes de los vasos sanguíneos y en el pulmón. La sustancia fundamental amorfa es un material homogéneo rico en mucopolisacáridos y agua que embebe a las fibras y células.
Las células, las fibras y la sustancia fundamental se asocian en diferente proporción, lo que permite subdividir el tejido conjuntivo en variedades. El tejido conjuntivo laxo contiene todos los elementos celulares e intercelulares que se observan en otras variedades y puede ser considerado como prototipo. Ocupa el espacio entre los órganos y penetra dentro de ellos, acompañando a los vasos sanguíneos y linfáticos y a los nervios. En los órganos constituye la trama que conecta los demás tejidos. El tejido conjuntivo denso se caracteriza por el gran predominio de las fibras de colágena y la escasez de células. Se encuentra principalmente en la submucosa de los órganos huecos y en el dermis de la piel, donde las fi-bras de colágena forman una red y se acompañan de abundantes fibras elásticas. Otra forma de tejido conjuntivo denso es el que forma las cápsulas de los órganos, las fascias musculares, los ligamentos y los tendones, en donde las fibras de colágena se disponen regularmente, de acuerdo con un plan arquitectural concreto, que refleja las exigencias funcionales -tejido conjuntivo denso regular-. Así, en el tendón, que tiene gran resistencia a la tensión, las fibras de colágena se disponen en apretados haces paralelos, entre los que se alinean las escasas células que contiene.
El cartílago y el hueso son variedades de tejido conjuntivo denso con gran predominio de la sustancia intercelular, especializado en la función de sostén. La sustancia intercelular del cartílago está formada por fibras de colágena y una proporción variable de elásticas, y sustancia fundamental amorfa, muy rica en un mucopolisacárido, el ácido condroitinsulfúrico, que enmascara las fibras, dándole un aspecto hialino al cartílago. Las células -condrocitos- se alojan en cavidades de la sustancia intercelular llamadas lagunas o condroceles.
La sustancia intercelular del hueso, matriz ósea, está formada por capas, llamadas laminillas óseas, constituidas por fibras de colágena y sustancia fundamental calcificada. Las fibras de colágena llevan direcciones diferentes de unas laminillas a otras, lo que origina el fenómeno óptico de la birrefringencia en los cortes transversales. Entre las fibras de colágena se encuentran mucopolisacáridos y sales óseas, constituidas esencialmente por cristales de fosfato cálcico, a las que se debe la gran dureza del hueso. Esparcidas en la sustancia intersticial se hallan unas cavidades, las lagunas óseas (osteoceles), en las que se alojan las células óseas (osteocitos). Las lagunas óseas se hallan conectadas unas con otras por medio de conductillos, los conductos calcójoros, que cruzan la sustancia intersticial en todas direcciones, anastomosándose unos con otros formando una fina red; por estos conductillos llegan las sustancias nutritivas a las células. Además de los osteocitos, en las superficies óseas se encuentran osteoblastos y osteoclastos, que son mucho más numerosos durante el desarrollo del esqueleto. Los osteoblastos realizan la aposición de laminillas óseas, convirtiéndose después en osteocitos, mientras que los osteoclastos reabsorben hueso. Hay dos tipos de hueso, fácilmente identificables: esponjoso y compacto. Al seccionar longitudinalmente un hueso largo como el fémur, se aprecia que la porción central alargada -la diáfisis- tiene una forma tubular, con una gruesa pared muy densa, de hueso compacto, y una cavidad interna, la cavidad medular, llena principalmente de tejido graso (médula ósea amarilla). Los extremos del hueso -las epífisis- están formadas, en cambio, por hueso esponjoso, constituido por trabéculas óseas que se conectan entre sí, dispuestas de manera que dan al esqueleto la máxima resistencia. Entre las trabéculas óseas quedan espacios llenos de médula ósea roja (hemopoyéticamente activa), mezclada con una cantidad variable de médula ósea amarilla.
El tejido reticular contiene fibras de reticulina como único elemento fibrilar. Está constituido por células estrelladas, con prolongaciones que contactan las de unas y otras células formando una red junto con las fibras. Estas células fijas, que reciben el nombre de reticulares, tienen gran capacidad para la fagocitosis. En las mallas de la red se alojan células libres, precursoras de las diferentes células sanguíneas -tejido hemopoyético (hemo, sangre y poiesís, formación)-. El tejido reticular constituye, por tanto, el armazón de la médula roja de los huesos, en la que se forman los glóbulos rojos y los leucocitos polimorfonucleares, y de los ganglios linfáticos, bazo y otras formaciones linfoides, en los que se forman los linfocitos. El tejido adiposo está constituido principalmente por células que almacenan grasa dispuestas apretadamente, constituyendo lobulillos.






3. Tejido muscular.

Está formado por células muy alargadas, que reciben por ello el nombre de fibras, capaces de contraerse bajo el estímulo del sistema nervioso, regulando la posición y los movimientos de las distintas partes del cuerpo. Se distinguen tres tipos de músculo: liso, estriado esquelético y cardiaco. El músculo liso está formado por células muy alargadas, de extremos aciculares, que tienen un solo núcleo, alargado en la dirección de la fibra, situado en la parte central del cuerpo celular. El citoplasma contiene filamentos muy finos (miof¡lamentos), que son los responsables de la contracción. Es de contracción lenta e involuntaria, hallándose ligado al sistema nervioso vegetativo. Se encuentra principalmente en los órganos huecos, formando la parte contráctil de sus paredes (tubo digestivo, bronquios, conductos genitales y urinarios, arterias y venas). El útero es el órgano más rico en tejido muscular liso, y en él alcanzan las fibras la máxima longitud durante el embarazo (0,5 mm.). La contracción de la musculatura lisa produce el movimiento necesario para la realización de las funciones de los respectivos órganos.
El músculo estriado esquelético está constituido por células cilíndricas muy largas, conteniendo cada una numerosos núcleos, localizados en la periferia, inmediatamente debajo de la membrana plasmática. Cada fibra presenta gran número de fibrillas finas, miofibrillas, dispuestas paralelamente unas a otras, presentando alternativamente bandas oscuras y claras, lo que les da la estriación transversal característica. Vistas al microscopio electrónico, las miofibrillas están constituidas por miofilamentos de dos tipos, unos gruesos de miosina y otros finos de actina. Su disposición en las miofibrillas es la causa de la estriación transversal. Durante la contracción uno y otro tipo de filamentos se superponen, deslizándose unos sobre otros, produciéndose el acortamiento. Forma los músculos esqueléticos, de contracción rápida y generalmente bajo el control de la voluntad. El músculo cardiaco está formado por una red de unidades celulares independientes, con citoplasma igualmente estriado transversalmente y un solo núcleo alojado en la parte central. Las células, que son independientes, se unen unas a otras, extremo con extremo, por medio de los discos intercalares, su contracción es rítmica y automática. Las células musculares se hallan unidas unas a otras por medio de tejido conjuntivo en el que se encuentran los vasos sanguíneos que nutren al músculo, los vasos linfáticos y los nervios.


4. Tejido nervioso
Es el que realiza la función de integración, permitiendo una rapidísima transmisión de los impulsos de unos territorios a otros y elaborando complicados mecanismos que coordinan los estímulos y las reacciones resultantes. Consta de dos tipos celulares: las células nerviosas o neuronas y las células de la neuroglia. La función específica la realizan las neuronas, altamente especializadas para la sensibilidad y la conductibilidad. Perciben estímulos y los transforman en impulsos que actúan sobre los órganos efectores (células musculares y glandulares). La transformación de los estímulos se efectúa en el sistema nervioso central. La neurona consta de un cuerpo celular, en el que se halla el núcleo, y un número variable de expansiones citoplasmáticas finas, de dos tipos: unas relativamente cortas, profusamente ramificadas, llamadas dendritas (dendron, árbol) y otra expansión única llamada axón o cilindroeje, generalmente larga y muy fina, que da ramas colaterales poco numerosas y se resuelve en una arborización terminal. Las neuronas muestran una polarización dinámica, conduciendo el impulso de las dendritas al cuerpo celular y de éste al axón, del cual pasa a otras neuronas o a los órganos efectores (músculos y glándulas). La transmisión del impulso de una neurona a otra se hace por medio de contactos, descritos por el español Ramón y Caja], que posteriormente se denominaron sinapsis, las cuales han sido estudiadas al microscopio electrónico por el argentino De Robertis, quien descubrió en la parte terminal del axón las vesículas sinópticas, cuyo contenido se considera como el probable mediador químico de la trasmisión del impulso a nivel de la sinapsis, al liberarse en el espacio entre las dos neuronas. La trasmisión del impulso se efectúa en una sola dirección. La existencia de sinapsis viene impuesta por la teoría de la independencia de la célula nerviosa, establecida por Cajal, que pasó a llamarse teoría neuronal cuando Waldeyer creó la palabra neurona.
El número de prolongaciones y la forma de ramificarse, la longitud del axón y la forma y estructura del cuerpo celular son datos que sirven para clasificar morfológicamente a las neuronas. Según la longitud del axón, se distinguen dos tipos: a) Neuronas tipo I de Golgi, de axón largo, que deja el lugar donde se aloja el cuerpo celular, en la sustancia gris, y pasan a la sustancia blanca o a los nervios (fibras nerviosas periféricas). A este tipo pertenecen las neuronas motoras que contribuyen a formar los nervios periféricos y las que forman largas vías en encéfalo y médula espinal. b) Neuronas tipo 1I de Golgi, de axón corto, que termina en la propia sustancia gris en la que se halla el cuerpo celular. Se encuentra principalmente en la corteza cerebral y cerebelosa y en la retina. Las neuronas también se suelen clasificar según el número de expansiones. Las monopolares, muy raras en el hombre, sólo tienen una expansión, el axón. Las bipolares tienen una dendrita y un axón y se encuentran en la retina, en los ganglios vestibular y coclear y en los ganglios raquídeos. En estos últimos, las neuronas comienzan siendo típicamente bipolares durante el desarrollo embrionario, luego las dos expansiones se aproximan y fusionan en un cierto trecho a partir del cuerpo celular, originando una expansión en forma de T invertida, por lo que se denominan pseudounipolares. Las multipolares representan la mayoría de las neuronas del organismo, tienen múltiples dendritas y un axón.
La neuroglia comprende las células intersticiales, que residen entre las neuronas y sus prolongaciones. No tienen función de conducción de estímulos, sino de mantener la integridad del tejido y suplir las exigencias metabólicas de las neuronas. El citoplasma de estas células es difícil de teñir y requiere para ello técnicas especiales de impregnación metálica. Los estudios más completos que se han hecho con estas técnicas corresponden a la Escuela Española fundada por Cajal y a la Hispanoamericana fundada por el español Río Hortega. Hay varios tipos de células neuróglicas: Los astrocitos, células estrelladas con expansiones numerosas y ramificadas: la oligodendroglia (oligo, poco y dendros, prolongación), está constituida por células con pocas y finas expansiones; la microglia o células de Río Hortega, de probable origen mesodérmico, integrada por células pequeñas, de núcleos alargados y expansiones cortas, erizadas de formaciones a modo de espinas. Tapizando las cavidades ventriculares del encéfalo y el conducto central de la médula se encuentra un tipo especial de neuroglia, la glia ependimaria, que adopta una disposición epitelial, por lo que también se la denomina glioepitelio.
Las neuronas y sus prolongaciones se hallan aisladas unas de otras, y de las paredes de los vasos sanguíneos, por medio de la neuroglia que a modo de membrana aislante las reviste totalmente a excepción de los puntos en que se establecen los contactos sinópticos. Los cilindroejes que entran a formar parte de los nervios periféricos se hallan envueltos por una glia especial, las células de Schwann. En torno a muchos axones las células de Schwann forman una vaina de sustancia lipídica, la mielina, que se dispone directamente en torno al axón (fibras mielínicas). Otros axones aparecen envueltos únicamente por el citoplasma de la célula de Schwann (fibras amielínicas).

           

REFERENCIAS





Actividades de la Unidad

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CÉLULA

CÉLULA ANIMAL





CÉLULA VEGETAL

Planos Corporales

corte transversal

corte longitudinal

corte sagital

Posición Anatómica

LA CÉLULA - MAPA CONCEPTUAL

miércoles, 27 de junio de 2012

CITOLOGÍA Y CÉLULA




Citología

La citología es importante en el estudio de la Anatomía para saber cuál es la función de la célula en nuestro organismo,

.                                                          Concepto de Citología

Es la rama de la miología que estudia la estructura y las funciones de la célula

Célula:

Es la unidad estructural y funcional de todos los seres vivos







 




GENERALIDADES DE LA ANATOMÍA


Anatomía Humana. Generalidades.

Anatomía. Concepto.

Anatomía es el estudio de la estructura, clasificación del cuerpo humano, situación y relaciones de las diferentes partes del cuerpo de animales o plantas. Anatomía (del griegp, anatomÄ“, *disección*), rama de las ciencias naturales relativa a la organización estructural de los seres vivos. Es una ciencia muy antigua, cuyos orígenes se remontan a la prehistoria.

Es conveniente subdividir el estudio de la anatomía en distintos aspectos. Una clasificación se basa según el tipo de organismo en estudio; en este caso las subdivisiones principales son la anatomía de las plantas y la anatomía animal. A su vez, la anatomía animal se subdivide en anatomía humana (ver más adelante) y anatomía comparada, que establece las similitudes y diferencias entre los distintos tipos de animales.